Antes que nada: un minuto de silencio (que se convierte en aplausos)
Muy bien... ahora sí inició con mi reflexión atlética (a huevo, Nike dice que todos los que tenemos un cuerpo somos atletas, y yo me lo creo)
Todo es mental.
Pero un poco de estiramiento, también fue la clave para dominar los 10, 000 metros, 10 kilómetos, 1, 000,000 de centímetros. Aaaaay papá.
Desde hace algunas semanas, más o menos por finales de junio, gracias aun reportaje y a la ayuda (y labor de convencimiento) de mi camarada René Alejandri, decidí correr la Nike + Human Race (si quieren más info, denle click a ese autoenlace de la chamba).
Tenía años... desde la prepa que no hacía ejercicio; gracias a mi egocentrismo mamador de la universidad («Yo leo, escribo, hablo de arte y cine... ¿deportes? Nah, mis neuronas no necesitan ejercicio»
Inicié corriendo 2 km y medio. Estaba muerto. Luego, aumentaba 500m cada dos o tres días. Me moría el doble.
Lo máximo que llegué a correr en ese periodo fueron 4km en poquito menos de media hora. Sudaba como cerdo.
Luego hace tres semanas dejé de fumar. Adiós mis queridos Camel, mis recuerdos de nicotina... El resultado: kilometraje aumentó. Y comencé a recuperar la forma de antaño (cabe mencionar que fumé hasta los 18, y antes de que tuviera mi IFE, jugaba americano y fut; y si bien no era muuuuy bueno, siempre estuve entre los 3 más rápidos del equipo). Corría requete rápido. Y no es choro.
El sábadabas fui al Ocho, con mi amiguito el Oso y ya entre el último juego de Uno y el Pictionary, el muy mamón dijo«
Tonces como el buen mamarracho que soy, me autoconvencí que yo también iba a poder. Ja, Tláloc impidió que pudiera quemar calorías y asfalto. Hasta ayer.
Inicié con estiramientos algo que nunca había hecho. Me amarré mis tenis, estrené ropita Nike, pusé el soundtrack de Viaje a Darjeeling, luego el cronómetro del iPod (no tengo el Nike + iPod Sports Kit, este fin lo compro) y comencé a correr.
Ah, otro dato: Me compré una bandita para la cabeza; para eso de que no me entré el sudor en los ojos.
Corrí y corrí (no como el viento, Tiro al Blanco). Media hora... 5k. Sin pedos.
7k y de repente, sentí que había algo en mi tenis derecho, como si hubiera pisado un chicle. Me detuve y LA MIERDA: la suela de mi tenis estaba rotísima. Mi tenis del antaño, el acompañante de batallas, mi Jaiyo Silver estaban muriendo.
Qué la madre...
Pensé en irme al hogar, pero no... ya llevaba 3/4 de carrera y no podía defraudar a mis moribundo tenizachos. Tonces... agarré valor, oculté mis lágrimas de luto deportivo y reinicié mucho más lento (romper el ritmo está del diablo) y 9k y luego... ta taaaaaan LLEGUÉ A LOS 10K.
No mames... 10k. Tiempo: 63 min. Pésimo pero tomando en cuenta que el desmadre de mis tenis ... Qué más da. El chiste es que lo hice.
Caminé como princesa entre las nubes a mi hogar: todo lo veía bonito. Como un cuento de hadas. Ah, qué puto.
Al llegar a casa me quite mis tenis y lo primer que hice fui por mi cámara y le tomé sus últimas fotos:
Parece que me lo mutilaron. Le cortaron un bracito. Parece Jimmy el "Niño del Teletón".
Tenis-Víbora: a punto de comerse al idiota de Totti de mi póster de antaño.
Díganle adiós. Ahí antes de sacrificarlo.
Parece que tiene una boca y está tosiendo
En esta foto se nota cómo estaban re viejos, pero coquetos.
«Me voy a un lugar mejor amigos, no se preocupen por mí, calzaré a un niño de la calle.»
Réquiem por mis tenis.
2 comments:
que hueva este wey
Hay ropa a la cual uno siente mas apego, pantalones que por mas viejos uno siempre se los pone por que ajustan bien, o zapatos que se sienten comodos y te acen mas comoda la vida.
sv77
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