Yo somnoliento. Nueve de la noche. Coche estacionado. Camel en la mano derecha. Una cintura femenina en la izquierda. Cabello engelizado. Lentes en estuche. Zapato sucio. Cuerpo esbelto pegado. Polo Sport en su cuello. Acqua de Gio en el mío. Ojos entrecerrados. Bunkers en el stereo. Ella temblando de frío. Celular en "silencio". Noche de cuarto menguante. Mi boca en su oído. Yo a punto de hablar . Ella esperando el halago. Yo sin caparazón emocional. Ella dando un paso hacia delante. Yo espero. Da una media vuelta. Silueta definida cerca de mí. Tres parpadeos. Dos manos en la cintura (el cigarro ya había sido evaporado a cenizas)... y después: su mirada se fija en la puerta de su casa. Suena un timbre y una voz que grita desde adentro: "No está, está allá afuera". El personaje que había buscado a W... agradece con la mano y se recarga en la reja de mi semi-concubina sentimental. Ella se despega de mis manos acechantes y replica un: "Ahorita vengo, voy a ver". Yo en coraje. Ella en persecución. La noche sigue igual. La puerta del auto se abre. "Llueve sobre la ciudad". Bajo el volumen. Asiento de piloto. Me siento. Ella dice no tardar. Yo cierro los ojos. Pretendo ocultar la molestia. Yo duermo cinco minutos.
Sí, dormí durante todo el lapso que duró una rolilla (no recuerdo el nombre), en eso fui despertado abruptamente por Ella que tocaba mi ventana. <<¿Qué pasó?>> "Es 'X'... está llorando, ¿traes kleenex?". Yo asiento y busco en mi guantera. Ahí están, felizmente los pañuelos desechables resguardados en una deportiva cajita de cartón. Se los entrego. Y hay un silencio incómodo. ¿Qué procede?, ¿me quedo con ella y su amigochillón?, ¿me retiro a mi hogar por un urgente descanso? <<¿Quieres que me quede?>>. Esperando un rotundo "no", ni siquiera apago el auto. "Sí.. si quieres". Muevo mi cabeza de arriba abajo. Runner Bubblehead. Sonrisa Walkeriana. Punto malo: mi vejiga quería estallar desde Constituyentes.
'X' llora sin parar por alguna chica que le partió el corazón. Yo veo la escenita puberpatética a unos metros de distancia, tratando de no parecer un digno reportero de TV Notas; pero tampoco con mi característica indiferencia hacia las demás personas que no me importan. Así que entre lo que hallaba un punto medio, comencé a escuchar atentamente y dejar de pensar en el poder de mi vejiga. La historia digna de novela de las 7 de la noche fue más o menos así: 'X' quería andar con una vieja y creo que uno de sus mejores amigos se la bajó. Lo interesante fueron los consejos o frases que tanto Walker como otro güey que llamaremos Güey le propinaban al autoestima de 'X':
-No te merece
-Cuando sepa lo que perdió se dará de topes en la pared.
-Eres demasiado bueno para ella.
...
Entonces y por lo cual quise escribir esto es: ¿Por qué se dan esas frases de aliento? Ya sabemos que obvio, nunca somos culpables para terminar una relación y si lo somos, pues no necesitamos que nos lo digan. ¿De qué sirve que digan... Hay mas peces en el mar -rola muy ad hoc para esto: Dry your eyes mate de The Streets), qué nos importa. Las palabras sobran, y la comprensión nos hace falta. 'X' agradece, pero sabe que según él, su vida está en picada (algo así dijo) pues la mencionada golfilla le aplicó el ya tan famoso: Te quiero mucho, mucho, como no te lo imaginas, pero sólo como amigo. Auch!, mi querido 'X', ¿ves eso que cuelga de tu garganta?, es tu corazón, gracias por haberlo usado, ahora patealo y písalo, ya no lo necesitas. Creo que todos hemos pasado por esa frase que ha destruido nuestro sistema cardíaco.
Ahora... mientras seguían los dimesydiretes de fortaleza emocional, me quedé pensando en un blog que se llamara: LAS FRASES PREESTABLECIDAS Y EUFEMISMOS PARA MANDAR AL DIABLO A ALGUIEN. Para resumir el sentido de mi post, voy a omitir cómo llegue a ellas, sólo las mencionaré en fa:
- Tengo miedo a salir lastimada.
- Mi vida ha cambiado, tengo otras cosas más importantes.
- Ahí muere, es que no me quiero encariñar más contigo.
- Necesito pensar bien las cosas.
- Te mereces alguien mejor que yo.
- Me das demasiado, me das más de lo que yo te puedo ofrecer.
- No me visualizo contigo. No te veo en mi futuro.
- Quiero estar sola por un tiempo.
- Estoy confundida, no sé lo que quiero.
- Te quiero, pero mi familia no te quiere.
- No eres tú, soy yo. (El clásico indiscutible)
Ok, no son todas, seguro alguien más tiene unas mejores o más corrosivas, pero son algunas que yo o gente cercana hemos oído. Como si hubiera un manual con el que todos nacemos para la evasión amorosa, como si el buen 'X', no encontrara otra forma de curar su miocardio destrozado, sino en hectolitros y vasos y vasos de alcohol. Pero él tiene como viente años, no importa, pero qué pasa cuando estás más grande, ¿aún se curan las penas en el fondo de una botella?, o simplemente es un cliché mediatizado. Yo me escudo en mi edad para hacerlo, para olvidar mi depresión con ron, chelas, vodka o cualqueir otro brebaje que se acomode a mi presupuesto. Es triste, lo sé, pero creo que es válido. Al menos así también lo justifico.
Pero... luego, en unos años... ¿sigue igual? ¿Las relaciones se vuelven más sencillas bajo un título profesional, prestaciones, coche, salario quincenal y responsabilidades? ¿O lo complica? Los sentiemientos a lo mejor también se forjan en madurez y todo se vuelve más sencillo con el tiempo, te vas enfocando a un proyecto de vida. Como dijera Sabines: "... yo no lo sé, lo supongo". Aunque tal vez las personas nunca cambian. Siempre habrá una frase para catalogarnos y un "Necesitamos hablar" para desatar un Pandemonium. Y me confunde el pensar en estas cosas, porque yo sólo disfruto mis seudobligaciones y el hecho de no estar atado a nada; pero estoy cuasiseguro que un día va a cambiar. No lo sé. Y menos sé porqué lo escribo. Estoy relativamente bien en cuanto al asuntillo ese de las feminas (fémina). Pero bueno.
...
El punto era hablar de 'X' (para no poner su nombre y no herir susceptibilidades) y esas frasecillas de rompimiento. Y no un innecesario y poco estudioso resumen de lo que sea que se haya tratado este post. Pero no se culpen por la confusión, el problema soy yo, no eres tú, amigo lector.