Ahora ya no tengo esa duda: ya sé que no crees en Dios; pero espero que algún día te des cuenta de que en realidad existe, y ojalá ese día te arrodilles y le pidas perdón, deseo que en cada oración le implores Su misericordia... y espero que Él te pueda conceder ese perdón, porque el mío... no lo tendrás. Ven, y di que esto te importa, ven y vuelve a mentir.
Ven, acércate y miénteme como siempre los has hecho; pega tu rostro al mío y evade mis intentos de besarte. Cambia, transfórmate y di que me quieres aunque yo lo dude, y tú no tengas deseos de hacérmelo creer.
Búscame como lo hacías antes... ¿lo recuerdas?, cada uno buscó un pretexto para volver a creer en algo. Tú necesitabas mis palabras y mis ilusiones, yo necesité tus labios y tu cuello.
Vuelve a decir lo que piensas de mí, hazme otra vez crédulo de cada palabra que pronuncie tu boca. Sonríeme, guiñe tu ojo y entiérrame tus tacones en mi corazón. Ven, defiéndete como siempre lo has hecho, ven y sé tú, da tu verdadera cara; ven y sé tú, se cínica.
Aléjate, porque yo sé que te buscaré, y probablemente te halle a lado de alguien más. Corre y esquívame, agáchate y escóndete; has de cuenta que no existo, evade mis llamadas y pasa ignorándome hasta que la vida se vuelva a encargar de darte otra bofetada; entonces, llegarás a recordarme a cada instante, porque te sentirás sola, y yo me sentiré completo... claro, hasta que tu depresión pase y todo vuelva a la normalidad: tu indiferencia y mi terquedad.
Pero ya sé que las cosas son siempre así, ahora te pido que pares de fingir, anda y sé tú, sé manipuladora.
Inféctame con las apariencias, con las llamadas entrecortadas. Pregúntame cosas de las que ya sabes la respuesta; responde a mis dudas con una provocativa sonrisa y luego detenme cuando le dé rienda a mis instintos. Contesta tu teléfono frente a mí y coquetea con todos los que te hablan. Cuelga tu celular y pregúntame si me pongo celoso, por qué mejor no me preguntas si deseó que dejes de hacerlo... pero es inútil, va en contra de tu naturaleza.
Aduéñate de mis sueños para que después los utilices para crear tu olvido. Regálame otra noche, es todo lo que necesito para estancar tu imagen con el resto de tu ser. Enséñame el arte sustituir tan rápido los sentimientos. Anda, admite que tú no esperabas nada de mí, que yo me salí de tus manos, que no supiste cómo detenerme.
Ven, acércate y róbame todos mis cigarros. Atrévete a volver a jugar conmigo.Fui un títere, un pequeño arlequín que usabas para sentirte mejor. Acuérdate de mí cuando no sea necesario, sólo acuérdate, pero ya no me busques. Reafirma mi teoría de que ciertas amistades entre sexos opuestos no pueden existir... y la nuestra ya no es la excepción.
Ábreme la puerta y di que ya es tarde, que te van a regañar; después espera la llamada de alguien más.
Sonríeme y sígueme dando alas de cera para volar muy alto con tu sueño, y en el momento de sentir calor, derretirme con ellas y caer sobre la realidad en la cual, yo sólo soy uno de miles, el hombre en turno, el encuentro momentáneo.
Rompe nuestra obra con tus incoherencias y mis celos llenos de razón. Ven, acércate por favor, te tengo un regalo, es una palabra, conócela: fidelidad; a partir de ahora intérnala en el diccionario de tu vida..., pero para qué engañarnos, no la conoces ni la conocerás; así que mejor quémala, rómpela con el estruendo de un orgasmo que nunca existió y después deposítala en la denigrante cloaca de tu memoria... donde está mi recuerdo flotando. Mientras, vete y sé tú, sé como siempre has sido, como injustamente fuiste conmigo, vete y sé tú, sé cruel.
Déjame decirte adiós, déjame aborrecerte. Pero antes de todo, anda, acércate y bésame, dejemos que nuestras ganas fluyan... Venga, escápate conmigo y deja de ser tú por un instante, deja atrás las mentiras, el cinismo, la crueldad y todo aquello que te caracteriza; anda, no seas tú y por primera vez, se mía. Pero antes de todo, anda, acércate y bésame. Desnúdate a mi lado, déjame recorrer cada pliegue de tu piel, venga, dame esa satisfacción. Estemos solos, déjame interpretar tu papel... déjame jugar a ser tú por un rato.
Déjame ser una estadística más, otro número con el que hayas estado. Déjame ahora ser yo quien no involucre sentimientos, sólo la sensación de sentirme bien por unos instantes, de tener miedo a los compromisos y de... pues ser tú. Una noche, es todo lo que te pido, y es algo que me debes. Anda, sudemos, y luego te voy a olvidar; no necesito pedir que lo hagas tú también, porque siempre haces lo mismo con todos los que han estado en tu cama. Déjame imitarte, déjame engañar... déjame sentirte en la intimidad. Ven, sé tú, y por eso, dame la facilidad para hacerlo.
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